sábado, 8 de diciembre de 2012

TARJETAS DE VISITA


Uno de los primeros gestos que compartiremos con nuestro interlocutor durante un proceso de negocios, será
 el intercambio de tarjetas. 

¿Visualizamos el momento?.
Nada más identificarnos a través de la mirada, nos presentaremos, estrecharemos las manos y después, rebuscaremos en algún bolsillo de nuestra chaqueta para extraer nuestra tarjeta de visita o presentación. La intercambiaremos con nuestro interlocutor y apenas le daremos crédito al gesto pensando en los siguientes pasos del contenido de la reunión. 

Como todos sabemos, la primera impresión siempre será la que quede en la memoria de nuestro contacto en un porcentaje muy elevado y cualquier gesto, comportamiento, pregunta o respuesta, puede marcar el proceso comercial y por supuesto sentenciarlo positiva o negativamente para nuestros intereses. 

En un mundo tan competitivo, debemos prestar atención a cada instante; cada detalle, cuenta y bajo mi punto de vista, este es tremendamente importante. 

Una tarjeta de visita, es la prolongación de nuestra empresa y por lo tanto, debemos prestar mucha atención a los valores que hay contenidos en ella. 
Empecemos con el formato; el diseño de las mismas, en forma y contenido, dice mucho de la empresa que hay tras nuestra; puede ser un formato convencional o puede ser un formato vanguardista incluso con una textura distinta a la normal. Todas transmiten valor. 

Una tarjeta, tiene 2 caras; usar ambas para transmitir valor, es una buena opción; bajo mi punto de vista, dejar una de ellas en blanco es tirar a la basura una opción de transmisión de información valiosa a nuestro interlocutor. Tener información en ambas caras, será una auténtica inversión siempre y cuando la utilicemos como cualquier documento comercial que presentaremos y expliquemos su contenido. 

En cuanto a la información, aparecerá el nombre de nuestra empresa y su logo; es la mejor oportunidad de comentar el significado y su historia junto a la simbología y colorido que aparezca en ella. 
En toda buena tarjeta, debe aparecer el lema o los valores más importantes que definan a la compañía. Decribámoslos con todo detalle.

En cuanto a la forma de entregar la tarjeta, es importante cuidar las formas; mientras en culturas asiáticas como la China, la tarjeta de visita se entrega con ambas manos sujetándola con mimo por cada borde de la misma y haciendo una semi-reverencia, aquí en Europa nos encontramos con un índice de menosprecio elevado a este tipo de intercambios personales. 

En China, no prestar atención a la forma y el modo de recibir la tarjeta de nuestro interlocutor, es considerado como una falta de respeto que puede marcar el curso de la negociación. En otras culturas, cualquier acción positiva y de atención en torno a ello, puede dar un toque diferenciador frente a nuestra competencia. 

Bajo mi punto de vista, debemos apreciar este momento y tocarlo como algo crucial en el arranque de cualquier encuentro comercial, desarrollándolo en toda su extensión y ofreciendo valor.

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