jueves, 7 de febrero de 2013

TELE TRABAJO



Con la llegada de nuevas tecnologías y desde luego, apoyadas por el uso de internet, las tendencias en cuanto al como y donde trabajar, han cambiado de una forma radical. 

Hoy en día, multitud de profesiones y sobre todo las vinculadas al sector servicios, pueden y deben amoldarse a las necesidades de sus clientes adoptando nuevos estándares de vida entre los que debemos dejar un hueco, al tele-trabajo. 


El tele-trabajo consiste en la realización de las tareas utilizando las Tecnologías de la Información y sin necesidad de encontrarse en un lugar de trabajo en concreto como puede ser una oficina. 


Gracias a internet y las comunicaciones móviles, con un teléfono inteligente (smart phone), una tableta y/o un portátil, podemos acometer nuestras obligaciones desde prácticamente cualquier lugar del mundo. 

De esta forma, en muchas profesiones, se puede ser mucho más eficiente y desde luego, ahorrar tiempos en desplazamientos y consumos de energía.


Ahora bien, ¿qué actitudes debe tener un tele-trabajador para poder ejercer de forma efectiva su profesión?, ¿y un empresario para permitirlo?.


Y digo actitud porque, bajo mi punto de vista, tele-trabajo = actitud. 
Actitud y disciplina por parte de un empleado, como tolerancia y confianza por parte de un empresario.

Cuando el empleado, se siente identificado con la filosofía y valores de la compañía, la seriedad del empleado aflora, cumpliendo siempre con una serie de tareas y objetivos tangibles. Por otro lado, el empleador, viendo los resultados positivos y con una mente abierta a adaptarse a nuevas formas de hacer las cosas, acepta que parte de su empresa, pueda trabajar desde cualquier parte donde se encuentre.

¿Así de fácil es el tele-trabajo?, en mi opinión, no es tan sencillo. 

Una persona que trabaje desde cualquier parte, coche, montaña, playa, restaurante y sin duda, desde su propio domicilio, se expone a una serie de retos; retos a los que se tendrá que enfrentar nuestro yo más profundo para cumplir con nuestros quehaceres diarios.
Adiós a los horarios corporativos marcados por la apertura de los tornos de fichadas; adiós a la convivencia con los compañeros de trabajo y por supuesto, hola a la soledad.

Gracias a esa soledad y con la inestimable ayuda de la profesionalidad del empleado, la eficiencia tiende a aumentar; se acaban las pausas  y distracciones que de una forma u otra, hay en un entorno de trabajo de oficina acabando la jornada de trabajo, con los deberes realizados. 

No obstante, la probabilidad de aparición de causas de pérdida de tiempo, existe. En otro post, hablaré de formas y métodos de ayuda para combatir esas ineficiencias en un día de tele-trabajo.

Mi experiencia y la compartida con otros colegas me da que pensar, escribiendo esta reflexión: "independientemente del puesto de trabajo que uno tenga, todos los empleados no son válidos para hacer tele-trabajo". 

sábado, 8 de diciembre de 2012

TARJETAS DE VISITA


Uno de los primeros gestos que compartiremos con nuestro interlocutor durante un proceso de negocios, será
 el intercambio de tarjetas. 

¿Visualizamos el momento?.
Nada más identificarnos a través de la mirada, nos presentaremos, estrecharemos las manos y después, rebuscaremos en algún bolsillo de nuestra chaqueta para extraer nuestra tarjeta de visita o presentación. La intercambiaremos con nuestro interlocutor y apenas le daremos crédito al gesto pensando en los siguientes pasos del contenido de la reunión. 

Como todos sabemos, la primera impresión siempre será la que quede en la memoria de nuestro contacto en un porcentaje muy elevado y cualquier gesto, comportamiento, pregunta o respuesta, puede marcar el proceso comercial y por supuesto sentenciarlo positiva o negativamente para nuestros intereses. 

En un mundo tan competitivo, debemos prestar atención a cada instante; cada detalle, cuenta y bajo mi punto de vista, este es tremendamente importante. 

Una tarjeta de visita, es la prolongación de nuestra empresa y por lo tanto, debemos prestar mucha atención a los valores que hay contenidos en ella. 
Empecemos con el formato; el diseño de las mismas, en forma y contenido, dice mucho de la empresa que hay tras nuestra; puede ser un formato convencional o puede ser un formato vanguardista incluso con una textura distinta a la normal. Todas transmiten valor. 

Una tarjeta, tiene 2 caras; usar ambas para transmitir valor, es una buena opción; bajo mi punto de vista, dejar una de ellas en blanco es tirar a la basura una opción de transmisión de información valiosa a nuestro interlocutor. Tener información en ambas caras, será una auténtica inversión siempre y cuando la utilicemos como cualquier documento comercial que presentaremos y expliquemos su contenido. 

En cuanto a la información, aparecerá el nombre de nuestra empresa y su logo; es la mejor oportunidad de comentar el significado y su historia junto a la simbología y colorido que aparezca en ella. 
En toda buena tarjeta, debe aparecer el lema o los valores más importantes que definan a la compañía. Decribámoslos con todo detalle.

En cuanto a la forma de entregar la tarjeta, es importante cuidar las formas; mientras en culturas asiáticas como la China, la tarjeta de visita se entrega con ambas manos sujetándola con mimo por cada borde de la misma y haciendo una semi-reverencia, aquí en Europa nos encontramos con un índice de menosprecio elevado a este tipo de intercambios personales. 

En China, no prestar atención a la forma y el modo de recibir la tarjeta de nuestro interlocutor, es considerado como una falta de respeto que puede marcar el curso de la negociación. En otras culturas, cualquier acción positiva y de atención en torno a ello, puede dar un toque diferenciador frente a nuestra competencia. 

Bajo mi punto de vista, debemos apreciar este momento y tocarlo como algo crucial en el arranque de cualquier encuentro comercial, desarrollándolo en toda su extensión y ofreciendo valor.

domingo, 25 de noviembre de 2012

PREPARAR UNA PRESENTACIÓN


Todos, hemos tenido que preparar una presentación en algún momento de nuestras vidas.

En el instituto o colegio a la hora de exponer delante de nuestros compañeros un trabajo, en la universidad nuestra tesis o proyecto fin de carrera, y por supuesto, en el trabajo. 

Me voy a centrar en el entorno laboral donde sin duda alguna, cuanto más se preparen las presentaciones, mayor probabilidad de éxito tendremos a la hora de conseguir nuestros objetivos. 

Antes del día "D", debemos tener en cuenta varios aspectos clave. Entre ellos, puedo destacar:

      - Conocimiento de las personas a las que dirigir nuestra     
        exposición. 
      - Qué mensaje tiene que permanecer en la mente de los
              oyentes tras la presentación.
      - Tiempo, contenido y estructura de la exposición.
      - Lugar y medios a utilizar para realizar la ponencia.
      - Fase de entrenamiento de la presentación. 

Es importante conocer al menos el perfil del oyente que nos encontraremos; en un porcentaje muy elevado, conoceremos sectores de actividad y perfiles de las personas que normalmente nos escucharán (Gerentes, Directores de algún área en concreto, profesionales de algún sector, etc…); es por ello, que debemos adaptar nuestro discurso a ellos de forma a conseguir atraer su atención al máximo.

Antes de estructurar y preparar el contenido de la presentación, debemos pensar y analizar, cuales son los objetivos que perseguimos y que, deberían traducirse en aquello que queremos que nuestros oyentes retengan en sus memorias y por lo que seremos recordados tras nuestro discurso.

Existen estudios procedentes del mundo de la psicología y la neurología, que indican que tras una presentación, normalmente el cerebro humano retiene el 50% de la totalidad del mensaje. Solo 48 horas después, desechamos la mitad de lo retenido con lo que, nos quedaremos con aproximadamente un 25% de la totalidad de mensaje escuchado. Nuestros objetivos, deben ir orientados a ese 25%, llenándolo con lo que nos interesa que el oyente retenga. 

El tiempo medio de una presentación, no debería superar los 25-30' de duración. Toda presentación que supere este tiempo, corre el riesgo de no cumplir con los objetivos marcados en el punto anterior. 

El contenido de la exposición, deberemos siempre adecuarlo al perfil del oyente y a los objetivos que persigamos, huyendo en la medida de lo posible de la rutina y el uso de la presentación corporativa de siempre no realizada por nosotros y no adaptada a las circunstancias. No olvidemos que cada presentación, es única, teniendo una sola oportunidad para causar la primera impresión. 

Los medios y herramientas que utilizaremos como soporte de nuestro mensaje, pueden ser muy variados. Presentaciones en PowerPoint, Keynote, portátil, tablet, etc…, nos ayudarán siempre a no olvidar el contenido que tendremos preparado para comentar. La calidad de la presentación,  solo puede arruinar nuestra presentación pero nunca, se tendrá que tomar como la pócima que nos hará alcanzar nuestros objetivos. Invito pues a leer de nuevo el post "Comunicación No Verbal", clave de cara a conseguir nuestra meta por cada exposición. 

Por último, hablaré del entrenamiento de la presentación. 
¿Cuántas veces entrenamos cada presentación que hacemos?. No existe mayor error que no entrenar la presentación varias veces antes de llevarla a cabo delante de nuestro público.
Bien por exceso de confianza, pereza o falta de tiempo, la mayoría de las presentaciones, carecen de fase de entrenamiento. 
Visualizar y hacer la presentación a través de un entrenamiento previo, es clave; conseguiremos minimizar los errores que se pueden llevar a cabo el día de la presentación y tendremos mayor seguridad en nosotros mismos durante la exposición.

sábado, 17 de noviembre de 2012

La importancia de la imagen


El ser humano tiende a juzgar por la primera imagen que va a ver de nosotros.
En función de nuestro atuendo y nuestro físico, se podrán conseguir unos resultados u otros en nuestras relaciones personales.
El "dress code", no lo es todo pero, no nos olvidemos que influirá en el éxito de muchas personas en su entorno de trabajo.

Una imagen vale más que mil palabras, o, la primera sensación es la que queda, son alguna de las frases más escuchadas cuando hablamos de la imagen. 
La imagen es el espejo del alma se suele decir,  y es el reflejo de nuestra personalidad en un alto porcentaje y a menos que queramos impresionar modificando nuestros hábitos corrientes, forma parte de nuestro ADN.

Según un estudio procedente de la Universidad de UCLA (California, Los Ángeles), "el 55% de las personas, opinan que su imagen influye en el éxito que alcanzan en la vida"

En función de nuestra orientación profesional, es recomendable cuidar en mayor medida la imagen personal.
No se pueden comparar estilos de imagen ni podremos indicar cual es mejor ni peor; sencillamente, cada línea de negocio, perfil, ocasión, tendrá un estilo adecuado también en función de los objetivos que queramos conseguir. 

Por ejemplo: todos hemos tenido nuestra primera cita con alguien, ¿verdad?, ¿nos hemos preocupado de nuestra imagen?, desde luego que sí pero, ¿nos hemos puesto chaqueta y corbata cuando nuestra pareja es amante de la ropa siniestro?, desde luego que no; ni tampoco hemos ido con ropa deportiva a nuestra primera entrevista de trabajo, ¿verdad?. 

Y es que, cada uno marca su estilo aunque siempre habrá reglas sociales y estereotipos que habrá que respetar si queremos ser catalogados en un futuro por nuestras actitudes y aptitudes y no, por nuestro atuendo. 

Cabe anotar que, vivimos en una sociedad cada vez más transigente con la forma de vestir y de vivir de los demás, eludiendo muchas veces un protocolo social sin perder una elevada dosis de educación y respeto a los demás. 

No obstante, los expertos en estilismo e imagen, siempre indican que, ante la duda, tiremos por lo alto en nuestro dress code; Por ejemplo: si no sabemos si para una cita es necesaria una chaqueta o una corbata, es preferible ser previsor y contar con ellas teniendo en cuenta que, siempre podremos quitárnoslas, ¿verdad?. 

Para terminar, y de cara a la reflexión, anoto:
"Solo tendremos una oportunidad para causar la primera impresión". 

jueves, 1 de noviembre de 2012

COMUNICACIÓN NO VERBAL


En toda comunicación, aparecen 3 aspectos importantes a tener en cuenta: el mensaje, la forma o medio de transmisión y también, cómo lo contamos.

Cada uno de ellos, tiene su importancia pero, ¿cual es el más importante de los tres?.

Existen hoy en día, muchos mecanismos para realizar con éxito una comunicación entre 2 o más personas. 
La comunicación, puede llevarse a cabo de una forma más o menos efectiva, a través de cualquiera de nuestros cinco sentidos, vista, oído, olfato, tacto y gusto. 
Si nos centramos en la comunicación relativa a lo audio-visual y a larga distancia, como puede ser una llamada telefónica o a las cada vez más demandadas video conferencias, entran en acción dos de nuestros sentidos; el oído y la vista.

Con ellos dos, podemos llegar al éxito en nuestras relaciones personales. 

En cualquier escenario donde tengamos que expresarnos con palabras y gestos, es importante tener en cuenta la siguiente estadística extraída de un estudio realizado por una Universidad Americana: 

Nuestro mensaje, será aceptado y catalogado por nuestros interlocutores, con mayor o menor éxito dependiendo del:

mensaje emitido, contenido y tema del mismo, 7%.
entonación del mensaje, pausas, énfasis, 38%
comunicación no verbal: gestos, forma de actuar y moverse, forma de mirar, presencia y seguridad, 55%.

Según este estudio, siempre será más importante la forma de actuar del orador que el mensaje en sí a transmitir y el soporte de comunicación (presentación digital, documentos, etc…)

Estudiemos en detalle estos tres parámetros y pongamos algún ejemplo para entender este estudio.

Imaginemos una noticia contada a través de la radio; ahora, imaginemos el mismo bloque de noticias a través de un comentarista de televisión; por último, un reportero de televisión, narrando "in situ" la noticia. ¿Será el último escenario el que transmita con mayor calidad y capacidad de persuasión la misma noticia de cara al receptor?. En el último ejemplo, veremos con mayor o menor detalle, como el locutor expresa con sus gestos, la realidad de la noticia a transmitir. 

Sin lugar a dudas, la comunicación no verbal, es uno de los principales actores que nos ayudarán a transmitir de forma exitosa nuestro mensaje y conseguir así nuestro objetivo. Si para el orador, la sonrisa es una herramienta a utilizar para conseguir su propósito, para el oyente, el entrecejo será sin duda el termómetro que nos indicará si estamos conectados y si el mensaje está llegando con claridad. 

Si estamos hablando por teléfono, tenemos que tener muy claro que, nuestro éxito, está limitado por no poder utilizar la comunicación no verbal para conseguir persuadir a nuestro interlocutor. 
En una video conferencia, a pesar que tengamos la imagen del orador, nunca se podrá alcanzar el mismo éxito que si estamos presentes porque, no hay comunicación visual con el auditorio en ambos sentidos casi con total seguridad. 

En una reunión, la probabilidad de éxito será mayor si el mensaje es claro, y el lenguaje gestual se aplica correctamente. 
Si una palabra bien empleada tendrá siempre menos fuerza que una pausa bien medida en el momento adecuado, un gesto, todavía puede llegar a ser más eficaz. 


jueves, 25 de octubre de 2012

LA ORGANIZACIÓN DEL DÍA


Vivimos en un mundo en constante movimiento y cada vez más globalizado. Cuando unos duermen, otros avanzan y cuando unos caminan, otros quieren volar. 

Por naturaleza, el ser humano siempre quiere ir más deprisa y hacer lo que se propone en el menor tiempo posible. El mundo que hemos creado, premia a los rápidos frente a los lentos. 


Además de ser rápido, necesitamos tener unos índices de calidad muy elevados en toda tarea realizada lo que implica estar organizados. 


Si queremos conseguir nuestros objetivos y obtener los beneficios deseados, tenemos que ser organizados. El éxito de una persona o negocio, será mayor si se trabaja de forma ordenada. 

Una agenda diaria, nos ayudará a tener bajo control, todas aquellas tareas y su orden de prioridad haciendo siempre primero lo importante.  Recordemos la premisa de partida y clave para cualquiera de nosotros; lo urgente, no tiene que ser siempre lo importante. 

¿Y cómo saber qué es lo importante?; podemos encontrar varias respuestas; una de ellas puede ser la siguiente:
"Lo importante es aquello que nos aportará un porcentaje de beneficio muy elevado y que es necesario finalizar y entregar, en la ventana de tiempo más inmediata". Puede ocurrir que lo importante, coincida con lo urgente aunque en muchas ocasiones, no sea así. 
Por lo tanto, una de las claves para ser eficiente será realizar un 20% máximo de aquellas tareas que sean urgentes, dejando el 80% de nuestro tiempo para lo importante y el resto de tareas. 

Plasmar en un papel, o en un soporte digital una estructura del trabajo o etapas a realizar, hará que nos centremos en cada tarea olvidando qué hay que hacer y el orden a seguir. De esta forma, evitaremos tiempos muertos y seremos más eficaces y productivos. 
Orden = éxito
Acabar la jornada escribiendo las tareas más importantes a realizar durante el día siguiente, es buena política de cara a arrancar cada día con las pilas cargadas y centrados en lo importante. 
Para ello, no olvidemos que llegar al puesto de trabajo y automáticamente ver nuestro buzón de correo en detrimento de lo escrito y descrito como importante, puede ser la peor forma de arrancar nuestro día laboral. En la medida de lo posible, nuestro buzón de e_mail, debe ser tratado a posteriori. 


Ser organizados, contempla la capacidad para delegar tareas a nuestros compañeros de trabajo. Esta parte será clave de cara a poder tener una jornada organizada. Delegando el 80% de las tareas que nos reportan un 20% de beneficio, será más que suficiente para cumplir un índice óptimo de productividad. 

Una correcta organización, hará que nos centremos en lo realmente importante y para lo que objetivamente, somos remunerados.